El hoplita perdido

El pasado día 23 venía de ver como "la industria pesada alemana dejaba en ruinas Grecia" (titular digno del Marca) bajé en la estación de Zoologischer Garten, (el jardín del Zoo). Allí me encontré con una marabunta de alemanes con banderas, muchos encima de coches que quemaban el claxon. Una alegría desbordante inundaba la calle ignorantes de que pronto se les atragantaría una pizza italiana.

En estas fotos podéis ver entusiasmo de los alemanes tras ganar a Grecia 4-2.

De pronto oí a mi espalda " Cuck mal, ein Griecher", (Mira un Griego). Y en efecto delante de mí, en la acera de enfrente, rodeado de banderas alemanas, un muchacho llevaba una bandera griega atada a la cintura. En la mejor tradición estoica soportaba los gritos, cánticos y cláxones a su alrededor. No le pareció suficiente con llevar la bandera blanquiazul, en la cintura, pensaría que todavía no se veía bien, o que es en momentos como esos cuando se demuestran que se sienten los colores; así que se la desato  y se la puso a modo de chal como si quisiera que le abrigase algo. A mi mente vinieron los grandes hechos de la historias griega Maratón, las Termópilas, Salamina en las que los griegos siempre luchaban en minoría.

Intenté hacerle una foto pero, desafortunadamente me salió movida, pero si os fijáis bien, podreis distinguir unas machas azules y blancas, entre negras rojas y azules.